Intentar ponernos en contacto con posibles clientes a través de email o correo electrónico es algo que está al alcance de pequeñas startups y grandes corporaciones. En muchas ocasiones lo hacemos “a puerta fría”, directamente a un tomador de decisiones para presentar un producto o servicio, o para pedir referencias, llegar a otros contactos, o para cualquier otra cosa.
Cuando te pongas a escribir un email recuerda la siguiente regla: “fácil de entender, fácil de responder“. Si no estás consiguiendo el número de respuestas que esperas a tus emails, puede deberse a alguno de los siguientes problemas:
1) Tus correos electrónicos son demasiado largos
Nadie quiere leer un mini libro electrónico en un correo electrónico. Prueba a incluir entre 300 y 500 caracteres, o entre dos y cuatro oraciones.
2) Tus correos electrónicos son confusos
Incluir demasiadas ideas suele confundir a los receptores de tu mensaje. Seguro que tienes un producto asombroso, pero intenta escribir no más de una o dos características, ofertas, beneficios o formas en las que puedes ayudar. Más de eso, confundirá o aburrirá tus prospectos.
3) Tus mensajes están llenos de jerga
Seguramente estás pensando que causar la impresión de que eres un profesional es importante. Sin embargo, puedes transmitir esa confianza también escribiendo correctamente sin faltas y en un lenguaje sencillo, que puedan comprenderte y que la persona al otro lado piense que será fácil ponerse en contacto contigo (y no tendrá que estudiar un máster antes para seguirte).
4) Y sólo hablan de ti
Evita que tus email sean un “yo, yo, yo” hablando únicamente de lo bueno que eres tu o tu producto en lugar de ponerlo en términos de valor para el cliente.
5) Tus emails parecen impersonales
Cuando incluimos demasiado formato en nuestras plantillas de email porque queremos parecer, por ejemplo, modernos y actuales, también nos puede pasar que nuestros emails resulten fríos o incluso spam, ya que nadie piensa que un email muy perfeccionado lo está escribiendo otra persona.
6) Haces preguntas difíciles de responder
Cuando estás contactando a alguien que no te conoce aún, se recomienda hacer preguntas un poco abiertas y no muy concretas. Si bien, evita que sean demasiado abiertas, como ¿Cuáles son sus principales retos para este año? La mayor parte de las personas no le pondrá mucha energía a responder esas preguntas y no te contestarán. Cuanto más fácil de responder sean las preguntas que haces (ejemplo: ¿Cuántos vendedores tienes?), más respuestas obtendrás.
7) Tus llamadas a la acción son imprecisas
Muchos marketers terminan sus correos electrónicos con llamadas a la acción como “Déjame saber si te puedo ayudar”. Pero, ¿qué significa eso exactamente?
Hay que ser claro y directo sobre lo que estamos pidiendo y no andarse por las ramas. Por ejemplo, en lugar de “Me gustaría recibir feedback por su parte”, pregunta directamente ¿Qué día de esta semana te puedo llamar 15 minutos para hablar sobre este tema?
8) No tengas miedo de hacer seguimiento de tus emails
Algunas veces pensamos, “Ya le he enviado un mail” o “No quiero molestarlo de nuevo”. Pensar de esta forma te puede estar costando ventas. No tengas miedo de enviar más emails, en la mayoría de ocasiones, tus prospectos te agradecerán el recordatorio.
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